sábado, 1 de septiembre de 2007

सु SupresenciaEstaConmigo


Testimonio de Frank Cañas

El día de hoy paso algo muy interesante en mi vida que quisiera compartirte...

Como Uds। podrán imaginarse, hay momentos en la vida de todo hijo de Dios en donde se pasan momentos de soledad; suceden aun cuando nuestra familia y amigos están cerca, y creo aun mas de que esos momentos pueden llegar a afectarnos y hasta dañarnos cuando las personas amadas “no” están cerca, cuando la presencia física de la familia no esta a nuestro alcance y cuando la ausencia física de un “amigo” nos vuelve frágiles a los hechos de la vida.

Doy esta introducción para poder situarte en el punto en donde la historia que estoy a punto de relatarte comenzó।

Hoy sábado 1 de Septiembre del 2007, alrededor de la 1PM, como se me ha convertido en costumbre, tomar mi bicicleta y manejarla al McDonald's mas cercano para comprar mi suculento combo #7, agrandado, de hamburguesa con queso y tocino, y coca cola grande “sin hielo por favor”…

y… recordando que este es un fin de semana largo, pues lunes es "holiday", y la frialdad de las paredes que provoca la soledad en mi cuarto, o desde otro punto de vista, el calor insoportable que provoca el sol, luego de dar sin tregua todo el día en un cuarto de esquina… “todo es cuestión de perspectiva”… Tome la dedición de conducirme al parque más cercano y tomar una banca donde pudiera disfrutar mi bien “vitaminados alimentos”।

Habiendo terminado ya casi los mismos, pude darme cuenta como 2 limosinas de color blanco una y negro la otra, seguidas de carros de diferentes marcas, colores y sabores, tomaban estación lo mas cerca posible del parque en cuestión, formando así una caravana de gala en las cercanías del parque, una atracción inevitable por parte de los ya participantes del parque en cuestión, como también la inevitable aglomeración de vehículos queriendo seguir su camino, tras las múltiples maniobras que los carros de la comunidad “latina” arribante al lugar।

Muy poco fue necesario para darme cuenta, de que en las diferentes limusinas, también los pasajeros pertenecían a diferentes celebraciones, pues a pesar que en ambos casos era obvio que se trataban de fiestas de 15 años, las vestimentas usadas, “muy” propias de nuestras culturas, hacían denotar que se trataban de 2 eventos diferentes।

Y aprovechando la oportunidad de poder acercarme, como todo buen latino interesado en estar al tanto de los hechos (solo por cultura general), tome mi bicicleta y maneje al oasis más cercano posible a ambas congregaciones, para beber agua y tomar un lugar de enfoque más favorable…

Y… HE AQUÍ…

Que tras semejante despliegue de “elegancia” e inversión económica en tales eventos, el sentimiento de necesidad de un compartir un momento de alegría y felicidad, con familiares y amigos; se hizo presente, acompañado de aquel famoso pensamiento “Dios… que estoy haciendo aquí”…

… te aseguro que todo parecido a la realidad es pura casualidad…

Sin haber pasado mucho tiempo, casi de inmediato… Un hombre anglosajón, de edad avanzada, de esos que llevan consigo a todos lados hasta lo ultimo de sus pertenencias, mejor conocido por nosotros los “americanos” como HOMELESS, llego a tomar agua al mismo oasis de donde anteriormente lo había hecho yo, sin evitar pasar por mi mente “lo hubiera limpiado primero” refiriéndome a la boquilla de aquel oasis publico…
Mas sorprendentemente, dicho personaje me saludo con un caluroso “HELLO… how are you doing?”, a lo que conteste con un escueto “FINE”, como tratando de sacudírmelo de encima sin ser ofensivo…
Pero continuo con su conversación, hablando al respecto de cuanto le gustaba ver las diferentes denominaciones raciales que llegan a ese parque para tomarse fotos para “el recuerdo” de sus eventos, y de lo mucho que había aprendido de las mismas por las diferentes vestimentas con las que se hacen presentes… lo cual me dio un sentimiento de que “este ha visto mas que yo por estos rumbos…”, y al mismo tiempo llamando así mi atención de lo que continuaría diciendo…

Pero en un momento determinado, la pregunta lógica vino de el: “que haces aquí solo?”, a lo cual conteste con poca cortesía, y mas bien arrogante: “pues lo obvio… conduciendo mi bicicleta y dedicándome tiempo”…

El hombre realmente parecía tener una fijación conmigo, o porque se sentía muy solo y no tenia quien escuchara todas las tonterías que tales “homeless” tienen que decir, o porque el que lucia realmente solo y agobiado era yo, y solo acudió a un S.O.S. que mi rostro no podía ocultar… seguido de un “veo que tienes un Espíritu muy bueno” o algo por el estilo… seguido de uno de sus testimonios de sanidad y rescate por parte de Dios de cuando el casi muere en un accidente automovilístico… llamo tanto mi atención que un “homeless” pudiera tener una percepción tan buena de la presencia de Dios en momentos difíciles de su vida, que no pude menos que brindarle toda mi atención…

Prosiguió con temas tan … valiosos … como lo mucho que ama a su hija, mientras veía a las quinceañeras durante las tomas de sus fotos; de cuanto lo amaba su esposa y el ha ella, quien ya paso a mejor vida; de cuanto quisiera poder honrar su memoria y a su hija, pero que la “situación” no se lo permite; pero que en cada una de sus vivencias a sido la “presencia divina”, la que siempre le ha acompañado… explico con tanta facilidad de palabra y conocimiento, como es que Dios obra en las personas a través del Espíritu Santo, pero en el nombre de Cristo Jesús… nació en mi el preguntarle que desde cuando le conocía a EL, a lo cual respondió que desde que estaba en el vientre de la Mama, y que estando allí, el hablaba con Dios quien le contó cual seria el nombre de su hermano gemelo “Richard” aun estando ambos en ese bendito vientre…

No puedo dejar de contar, que a medida que el “homeless” hablaba, una presencia divina comenzó a obra en mi, llevándose así todas mis cargas y llenándome de la seguridad de que si no había abandonado a ese hombre en los momentos difíciles de su vida, menos lo haría conmigo en un precioso día de Septiembre, mientras yo tenia la oportunidad de manejar mi bicicleta montañesa…

… Y mientras el hombre proseguía con su relato, de cómo Dios le había otorgado un Espíritu Profético desde que el aun estaba “allí”, sentí como mi espíritu comenzó a agudizar mis sentidos, a darme cuenta de cosas que no había percibido por estar cegado de mi “dañada autoestima” a causa de esa soledad…

Cosas como… que al comenzar a estudiar la vestimenta del hombre, darme cuenta que… aunque sus zapatos negros de vestir no estaban amarrados y brillantes, no lucían en lo mas mínimo sucios; que el pantalón azul claro que vestía, a pesar que era obvio que no era el de su talla, pues le quedaba considerablemente largo, lo vestía enrollado y no estaba para nada “sucio”; que la “T-shirt” que vestía, a pesar de que era obvio que no era nueva, no se veía nada rasgada, estirada, ni sucia; que el abrigo “overall” que vestía, el cual tampoco era de su talla, no estaba dañado por las inclemencias del tiempo, o por el uso sobre el pavimento, asfalto, grama, cartón, etc, etc, etc…। Y aun mas, que los colores combinaban muy bien…

Que no cargaba una carreta llena de basura o “bienes personales” según sea la opinión de cada quien, sino una mochila de cargar en la espalda, de tamaño mediano, no muy “sucia” aunque si apretujada de las pertenencias que dentro de ella habían, y que cargaba bajo su brazo una delgada colchoneta, la cual tampoco parecía “SUCIA”… que sus manos lucían mas limpias que las mías, que su cabello aun largo casi hasta los hombros no se veía desarreglado, que su barba lucia como recién peinada y que sus únicos 4 dientes se veían posiblemente mas blancos que los míos…

Fue entonces que supe… que Dios “me había escuchado” en aquella mi aparente soledad, y que no había permitido que semejante sentimiento me doblegara, en medio de tanta belleza que su obra conlleva…

Que aunque su presencia no me había abandonado aun medio de que era yo quien no le sentía a EL, a pesar de que han habido momentos en los cuales he llegado a dudar de su llamado y propósito en mi vida, porque las cosas no han salido como “yo quisiera” que salieran; porque han habido momentos en los que he pensado “que paso Señor, pensé que nos entendíamos” (de los cuales me doy cuenta que la mayoría de las veces soy yo quien no entiende); y aun mas, para ser sincero delante de Dios, que he pecado de pensamiento, palabra, obra y omisión… “dirían los curas”… aun así, Dios estaba allí, conmigo… y me lo había mandado a el, si… al homeless, de quien después de todo, termine sintiéndome mas sucio yo, por dentro, por haberlo juzgado antes de tiempo, de lo que el podía estar por fuera…

Al final me extendió la mano para estrechar la mía, y fue el quien pregunto primero mi nombre, no yo el de el (Heráld), y quien viendo que estaba ya al borde del quebrantamiento por “SU” presencia, me dijo: “quiero bendecir tu Espíritu”…

… pero nuevamente aquellos pensamientos inmundos de legalismo, arrogancia y orgullo, atacaron mi mente y corazón, acompañados de pensamientos como “no voy a dejar que ESTE me imponga manos”, “y si esta endemoniado”, “y si se me pasa algo de lo que el tiene”… todo esto en cuestión de segundos… cuando de pronto… una suave brisa soplaron a mis oídos unas dulces palabras que me preguntaron: “eres suficientemente humilde?”, a lo que inmediatamente respondí con mi actitud; y estreche la mano de aquel enviado celestial, y la apreté como queriendo robarle una bendición o como suplicando por una… y solamente dijo: “Frank, bendigo tu Alma”; y esas 4 palabras quebrantaron, rompieron, deshicieron toda evidencia de religiosidad en mi… por lo menos en ese momento…
Y finalmente su discurso de testimonios termino con algo como esto: “Nadie le conoce por completo, solo le conocemos en una parte…”, y dando la vuelta, mientras yo agradecía su tiempo y sus palabras, tomo sus cosas y se marcho।

Después de lo sucedido pienso:
“QUE NADIE LO CONOCE POR COMPLETO, SOLO LE CONOCEMOS EN PARTE”… significa: acaso no debería compartir YO con los demás esa pequeña parte en lo que yo le conozco a EL, y permitir que otros le conozcan en esa área en la que he tenido el privilegio de conocerle y seguir aprendiendo de EL. No deberíamos “TODOS” compartir a los demás esa pequeña parte en la que cada uno le conoce, con el afán de que otros sepan como es El, en esa pequeña área en la que cada uno le conoce?

Que sucedería si… “LA IGLESIA” finalmente nos uniéramos y apoyáramos y trabajáramos, como un solo engranaje, como un solo motor, con suficientes caballos de fuerza, que hagan que La Iglesia llegue de primero a la meta…

Nunca has tenido el temor, o ha pasado por tu mente ese pensamiento chiquito pero rudo y áspero que deja una sentimiento de incomodidad y de inutilidad; que pasaría si “NO cumplo con mi llamado y propósito dado y predestinado por Dios con anticipación para mi vida?”
Solo quiero agregar, grandes jugadores de baloncesto, NUNCA fueron campeones porque no supieron trabajar en equipo…

… Pero aquellos que lo hicieron, son aun mejores, y supieron sacar lo mejor de sus compañeros… y al final… “TODOS FUERON CAMPEONES”…

Ese hombre fue mi compañero de equipo esta tarde…
No quiero terminar este testimonio sin antes preguntarme a mi mismo una ves mas: “Seré YO suficientemente humilde, para dejar que Dios me hable a través de a quien a El le de la gana y no a través de quien YO quiero que lo haga? Y habiéndolo escuchado, mas aun “Seré tan humilde, para enseñarle a los demás lo que yo ya he aprendido y evitarles así pasar ese camino que yo ya recorrí? Y finalmente: “Seré YO ese jugador en equipo, dispuesto a dejar de lado mis metas personales, a causa de una mucho mayor, como es hacer campeones a otros que están en busca de la misma meta, pero que han sido menos favorecidos?”

o como dijo aquel… “Seré Yo Señor?”

Autor Frank Cañas

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